Cualquier proyecto de
I+D+i, tiene una fase inicial de definición donde se establecen los objetivos
comerciales del nuevo producto o servicio y se analizan las posibilidades
industriales para su desarrollo. Es el momento donde se plantea si el proyecto
que intentamos definir es o no compatible con las estrategias de la empresa, lo
cual requiere hayamos definido una estrategia genérica. La falta de una
estrategia genérica puede llevar a las empresas a tomar decisiones
contradictorias dentro de sus actividades internas: Proveedores, Fabricación,
I+D, Marketing, etc.
Según Porter: Una
empresa puede adoptar tres estrategias genéricas para posicionarse dentro de su
sector industrial en busca de la ventaja competitiva.
Si la empresa contempla
como objetivo comercial todo el mercado, las estrategias genéricas en cuanto a cómo
competir se reducen a 2 clases:
1. La búsqueda en liderazgo en costos, es decir la habilidad para
diseñar, producir y distribuir un producto de forma más eficaz y eficiente
que la competencia, lo que puede requerir instalaciones con capacidad para
grandes series y lograr así economías de escalas, modernas tecnologías de
procesos, mano de obra barata o muy productiva.
2. La búsqueda de la diferenciación de los productos
respecto a la competencia, la habilidad para suministrar al stakeholder un
producto considerado de mayor valor que los que ofrece la competencia, en
términos de calidad y presentaciones, lo que requiere diseñar un producto
que sea percibido por el mercado como diferente.
Si competimos en un
mercado muy segmentado y el objeto comercial es solo un segmento del mismo en
particular cabe una tercera estrategia genérica:
3. Estrategia de enfoque, es decir, especializarse
en atender solo un segmento del mercado adoptando las dos anteriores
estrategias, la de liderazgo en costos o bien, la de diferenciación.
Una búsqueda de
liderazgo en costos puede llevar a reducir presupuestos de I+D, estandarizar
los diseños y buscar expertos en procesos productivos, mientras que la búsqueda
de la diferenciación, como implica un liderazgo tecnológico, presupone dedicar
suficientes recursos a I+D y disponer de personal realmente innovador en el
área de diseño de productos.
En líneas generales se
puede afirmar que una estrategia de búsqueda de liderazgo en costes lleva a
rígidos controles de gestión, a la reducción de gastos de estructura y a sacar
partido de la curva de experiencia, mientras que la estrategia de
diferenciación se traduce, entre otros aspectos, en una política activa de
nuevos productos.
La cultura de empresa
favorece la innovación y con ello la diferenciación, o bien, en cambio,
favorece la disciplina, la atención a los detalles, el ahorro u otros factores
asociados al liderazgo en costos.
Las estrategias
tecnológicas son conceptos que algunos directivos consideran como exclusivas
del área de I+D+i; Sin embargo Porter amplía su objetivo más allá de esa
función y la convierte en un elemento esencial dentro de la estrategia
competitiva que puede adoptar una empresa, las estrategias de nuevos productos
van asociadas a la toma de decisiones sobre el uso y desarrollo de tecnología,
lo que incluye, por supuesto, la función del I+D, pero no de forma aislada de
la organización, sino teniendo en cuenta el resto de las actividades de la
empresa que tengan un contenido tecnológico.
En particular, la
estrategia tecnológica de una empresa debe definir tres áreas que afectan al
desarrollo de nuevos productos.
A) La elección de los productos a desarrollar.
B) La búsqueda, o no, de un liderazgo tecnológico.
C) La obtención o concesión de licencias.
A) La elección de los productos a desarrollar.
B) La búsqueda, o no, de un liderazgo tecnológico.
C) La obtención o concesión de licencias.
La innovación y la
ingeniería concurrente.
La coordinación y
optimización de las actividades del procesos de desarrollo permite lograr
ventajas competitivas, si se disminuye el Time to Market. El Time to Market o
tiempo del ciclo de innovación nos permite controlar el flujo de caja acumulado
desde la etapa de desarrollo hasta la declinación.
El tiempo de ciclo de la innovación comienza en el (To) en el que se reconoce y hace evidente la oportunidad del nuevo producto, justo allí la tecnología emergente coincide con las necesidades del cliente y se desencadena la posibilidad de dar solución a la necesidad insatisfecha.
La oportunidad surge en
(To) y por lo general, transcurre un lapso de tiempo que hay que reducir al
mínimo hasta el momento en el que se percibe la oportunidad (Tb) a fin de iniciar
un proyecto cuyas actividades empiecen en (Tb) con la mayor rapidez posible
hasta definir el concepto del producto.
(Tbe) es el tiempo en
que se recupera la inversión (Break-even point) ya que es allí que el flujo de
caja es positivo, donde las ventas igualan los gastos acumulados del proyecto.
(Te-Tbe), es el período de beneficio neto que va desde el instante (Tbe) hasta
la extinción del producto Te.
El tiempo del
desarrollo del proyecto está dado por el intervalo (Tf-Tb), siendo (Tf) el
momento en que se comienza a fabricar el producto.
Se reducen los tiempos
del proyecto poniendo en marcha procesos concurrentes en las diferentes etapas
del diseño del producto y de las instalaciones de producción, de esta manera se
logrará una reingeniería del proceso de desarrollo de nuevos productos basada
en actividades concurrentes.
Las ventajas
competitivas de una empresa u organización surgen del modo en que se organizan
y ejecutan las diferentes actividades de los procesos que tienen lugar
(Desarrollo de productos, producción, logística, etc.). La forma en que se
ejecutan estas actividades crea un valor para los clientes, es por ello que la
empresa debe ser lo más eficiente a la hora de ejecutar las actividades,
creando un mayor valor para el cliente que el producto equivalente de sus
competidores, estas etapas y actividades fundamentales se visualizan en la
matriz de la Cadena de Valor de M.
Porter.
La ingeniería
concurrente es ideal para coordinar dos actividades enlazadas: el proceso de
desarrollo de nuevos productos con el proceso de fabricación, si estas tareas
se hacen eficientemente se logran grandes ahorros en el tiempo de lanzamiento
de nuevos productos, ya que se logra solapar en el tiempo actividades de ambos
procesos, optimizando la ejecución de esas actividades enlazadas, mejorando
además la facilidad de montaje de los productos.
Las Empresas líderes en
gestión de la innovación organizan las actividades de su cadena de valor
alrededor del proceso de desarrollo de productos, como un núcleo central, y se
unen mediante la ingeniería concurrente a la cadena de valor de sus
proveedores, así se permite potenciar la integración interna como la
integración externa con los proveedores.
Referencias.
- Enric Barba. Innovación de Productos
mediante Ingeniería Concurrente. 2005, Ediciones Gestión 2000. Barcelona
- Salvador Capuz Rizo. Ingeniería
Concurrente para el Diseño del Producto. Edita Servicio Publicaciones.
Valencia
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