Ciento tres billones de
toneladas de lluvia y nieve caen sobre la tierra cada año. Una gran cantidad,
66 billones de toneladas de esa agua va de nuevo al aire como vapor de
agua por evaporación o transpiración de las plantas. Los restantes 37 billones
de toneladas al final vuelven a los océanos. Sin embargo, el agua antes de
llegar a los océanos recorre caminos complejos.
La superficie de la
tierra es muy diversa y las características como el tipo de suelo, pendiente y
la altitud afecta a cómo se mueve el agua.
¿El H2O tiene
suficiente tiempo de permanencia para que las plantas o animales puedan
consumirla? ¿Hay suficiente H2O aguas arriba de una comunidad para mantener su
suministro? ¿Cuánta H2O se filtra a los acuíferos subterráneos?
Los científicos
estudian estas preguntas, ya que el agua juega un papel vital en nuestras
vidas. Las imágenes que siguen, ilustran como es el movimiento del agua sobre
el globo terráqueo: la acumulación y el almacenamiento de las precipitaciones
en las capas del suelo y su transporte a través de sistemas interconectados de
los ríos en todo el planeta.
El movimiento del agua en la tierra es a
través de muchas capas y se evalúa realizando mediciones por satélite, junto
con modelos matemáticos.
Las ganancias y
pérdidas de agua subterránea varían dramáticamente en nuestro planeta como
resultado de los niveles de precipitación y los efectos de la evaporación
debido a la luz del sol.
La cantidad de
precipitación retenida por la capa superior de los suelos en la tierra se ve en
esta instantánea por la humedad del suelo en cada continente.
El agua en la tierra se
desvía hacia los ríos o se almacena bajo tierra en acuíferos (múltiples áreas
de color) para el consumo de las plantas, animales y seres humanos.
NASA/Goddard
Space Flight Center Scientific Visualization Studio
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